martes, 20 de octubre de 2009

Ecatepunk (fuck yeah!)

La invitación.
Pues resulta que una institución del glorioso Edo. Mex me invitó al no menos glorioso ecatepunk (fuck yeah!) a aventar unos choros sobre mis libros como parte de algún programa de fomento a la lectura o madamas similares.
El trayecto.
Cansado. La distancia entre mi hogar dulce hogar y ecatepunk (fuck yeah!) es larga, además el chofer que tuvo el honor de trasladarme estaba ya entrado en años y se cargaba un resfriado de la ginchada. Esto, sin embargo, no impedía que pisara el acelerador en algunos tramos de la autopista. Lo admito, tuve miedo.
La duda.
En algún lugar cercano a ecatepunk (fuck yeah!) vi la marquesina de un cine en donde se anunciaban las películas en exhibición: identidad sustituta, paradas continuas, el gato con botas... pero me llamó la atención leer "ba tardos sin gloria". ¿Se trataba de un mero accidente o de un acto de censura?
El show.
Buena onda. Los allí presentes y yo la pasamos chido. Aunque siempre me resulta muy curioso que me digan "estás muy joven" y que al final me comenten "a ver si la próxima realiza alguna actividad" (?)
El público.
Mi amigo. Yo los amo y ellos me aman. Alguna chavita de la universidad de ecatepunk (fuck yeah!) me miraba con insistencia. Le regalé un libro... a su amiga. Las hago pedazos, como diría el maestro Mauricio Garcés.
La comida.
Siempre se come bien en este tipo de eventos. Lo tratan a uno con bastante amabilidad.
Conciencia social.
En algún momento me dije: no es poco (tampoco mucho) lo que se gasta en gasolina, salario del chofer, alimento, "guía de turistas" (siempre me recibe alguien que me da un recorrido turístico), etc. ¿No podrían destinar esos recursos a otra cosa? Por ejemplo, llevarme a pasear a Valle de Bravo. (Esta vez no me invitaron al festival de las almas.) Ecatepunk (fuck yeah!) es chido, pero la neta Valle de Bravo tiene más atractivos, entre ellos las "flores de la pradera" (denominación que utilizo para las nativas de cualquier comunidad, claro que si ésta se encuentra en una región montañosa las llamo "flores del monte" o "flores de la ciudad" si la comunidad pertenece a una región algo más civilizada.)
Los intelectuales.
En todos los lugares que visito hay siempre individuos (antes de género masculino en su mayoría, hoy mujeres) cultos que intentan conversar de asuntos relevantes de la alta cultura en este país. Bien por ellos. Lamentablemente no tengo la menor idea acerca de aquello que me cuentan. Y, por algún motivo que desconozco, generalmente se enfadan o decepcionan después de conocer a mi amiga y colaboradora que me acompaña a todos los eventos: la doctora Nancy Rutherford.
El regreso a casa.
Me dormí casi todo el camino.
Ecatepec ahora es de todos (fuck yeah!)
Gracias público. El chow musgón.

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