miércoles, 21 de octubre de 2009

Listen to the woman

Estábamos mi hija (Valeria, 5 años) y yo en camino hacia algún lugar de la mancha cuando sucedió la siguiente conversación:
V: ¿Cómo te fue en tu clase? (refiriéndose a la invitación que comento en la entrada "Ecatepunk".)
S: Bien, la pasamos chido.
V: Se aburrieron, ¿verdad?
S: Supongo que algunos sí, un poco.
V: ¿Ya ves? Te dije que mejor les pasaras mis videos, en los que canto y bailo "Thriller" weeeeee (onomatopeya de uno de sus pasos de baile.)
S: No los tenía listos, pero la próxima lo haré.
Silencio de algunos segundos.
V: No sé que voy a ser (¿o hacer?) de grande.
S: ¿Qué tal pintora? Como tu tío.
V: mmhhh, no, es mucha embarradura.
S: ¿psicoanalista?
V: Nah, mucha plática.
S: ¿Profesora?
V: Aburrido.
S: ¿Nadadora?
V: Mucha agua.
S: ¿Escritora?
V: Mmmhh, puede ser, pero no, no creo.
S: ¿Qué te gusta?
V: No sé, muchas cosas, me gusta conocer cosas.
S: Órale, qué padre, a mí también.
V: ¿¡Conoces a mi puño izquierdo!?
Y me recetó un dramazo como piggy a rené en el vídeo de Lydia la mujer tatuada para después echarse a reír como poseída por el espíritu del todavía no difunto chespirito.